sábado, 30 de noviembre de 2013

El capitán de Castilla (1947) Por el camino de México

 

Por lo general las películas de aventuras, tienden a simplificar el contexto histórico en el que se situan, utilizándolo como mero decorado en el que desarrollar las peripecias de sus valientes personajes. Un ejemplo palmario es Scaramouche, una de las obras más cuidadas de Rafael  Sabatini, ambientada en el periodo inmediatamente anterior al estallido de la revolución francesa. Mientras en la versión muda se seguía fielmente la novela, en la más conocida cinta de George Sidney que tan gallardamente interpretó Stewart Granger, la peripecia histórica queda reducida a lo mínimo, sin por eso dejar de ser un excelente ejemplo del género.


Esta circunstancia no sucede con “El capitán de Castilla”, basada en una estupenda novela de Samuel Shellabarger, publicada el año anterior. La adaptación corrió a cargo del estupendo guionista Lamar Trotti, un magnífico escritor, que pese a su temprana desaparición (51 años en 1952) proporcionó los guiones de obras maestras indiscutibles. (“Cielo amarillo”, “El joven Lincoln”, “Incidente en OX-Bow”,”El filo de la navaja”). Gran amante de la historia, Trotti recrea con verosimilitud esa España de comienzos del siglo XVI  en ciernes de conquistar un imperio.

La acción que arranca en Jaén, nos presenta  la bucólica existencia de Pedro De Vargas (Tyrone Power), un joven hidalgo que por culpa de los celos y la codicia de Diego De Silva (John Sutton), verá como su vida se derrumba. El déspota cacique que no puede olvidar la afrenta que le causó Pedro cuando salió en defensa de su esclavo indígena y protegió a la bella campesina Catana (Jean Peters), consigue con  su influencia, que la inquisición detenga a la familia De Vargas acusándola de herejía. En el transcurso de los interrogatorios, la hermana pequeña de Pedro fallece. Gracias a un extraño aventurero, Juan García (Lee J. Coob), consigue liberar a los suyos y apuñalar al pérfido De Silva, dándole por muerto.

Huyendo de la justicia, embarca rumbo al nuevo mundo junto al aventurero y la hermosa Catana, que ama desesperadamente a Pedro, a sabiendas de que este por su condición nunca se casará con ella. Cuando llegan a Cuba, todo se está preparando para la conquista del imperio de los aztecas.

 

Filmada en glorioso Technicolor, en las exactas localizaciones donde se produjo el inicio de la conquista de México, la cinta del prestigioso Henry King, que ya había dirigido a Power en siete ocasiones, es un retrato complejo de la época que nos ocupa. Sus personajes no son unidimensionales, sino que se debaten en lucha contra sus demonios internos, en busca de una libertad de la que no pueden disfrutar en su patria. El propio personaje de Cortés, uno de los pocos papeles importantes de Cesar Romero fuera de las cintas de serie B, esta tratado con una serie de matices poco habituales en una cinta de estas características.


Todas estas premisas, no deben hacer olvidarnos que se trata de un estupendo filme de aventuras, con las suficientes dosis de acción y romance para convertirla en una indiscutible obra maestra del género. Pese a su larga duración cercana a las dos horas y media, el sentido de la narración de King, logra que disfrutemos con intensidad, este capitán de Castilla en la piel de un maravilloso Tyrone Power. El junto a una aguerrida Jean Peters y el siempre magnífico Lee J. Coob protagonizan esta fantástica epopeya, a la que acompaña una fantástica banda sonora de Alfred Newman.

2 comentarios:

  1. Buen post! No conozco esta película pero despues de leer tu estupendo comentario entran ganas de verla; a mi me encantan las de aventuras. Un saludo y felicidades por el blog.

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  2. Gracias a ti Selegna, estoy seguro que te va a gustar, es una cinta preciosa y tiene su profundidad, muchas gracias por escribir.

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